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Todo lo que hay que saber sobre gestión energética desde cero

Si te interesa la eficiencia energética, probablemente hayas oído hablar de la gestión de la energía. ¿Qué hay detrás de este término y cómo puede beneficiar a tu empresa la gestión energética? Antes de entrar en materia, aclaremos algunos términos utilizados en el campo de la gestión energética.

La gestión de la energía se basa en la recogida y el uso de datos energéticos de una o varias instalaciones. Gracias a estos indicadores, una empresa puede analizar la evolución de su consumo o detectar posibles deficiencias energéticas.

En resumen, la gestión energética es el enfoque que consiste en gestionar mejor el consumo de energía de una empresa o comunidad.

En el léxico de la gestión energética, conviene distinguir algunos términos. No hay que confundir:

  • EMS – Software de gestión de la energía: es el software que permite recopilar y procesar los datos necesarios para el enfoque de gestión de la energía.SGE – Sistema de Gestión.
  • Sistema de Gestión de la Energía: es el enfoque estructurado de la gestión energética en una empresa, que puede regirse por la norma ISO 50001.

Una vez aclarados estos términos, descubramos todo lo que hay que saber sobre la gestión de la energía.

 

¿Qué es la gestión energética?

La gestión energética es un enfoque que forma parte de la eficiencia energética de las empresas. De hecho, hay varias acciones concretas que una empresa puede llevar a cabo dentro de un proyecto de eficiencia energética, entre ellas:

  • Optimización de procesos,
  • Regulación y/o aislamiento de edificios,
  • Instalación de sistemas de calefacción, iluminación o refrigeración más eficientes,
  • Gestión de la energía.

Esto último requiere conocimientos específicos sobre el consumo energético y la gestión de datos.

Es esta sinergia entre los dos oficios, unida a una potente herramienta de gestión de la energía, lo que forma la Gestión Energética.

 

Llevar a cabo un enfoque de la Gestión Energética en 3 pasos

Para poner en marcha un proceso de Gestión Energética, hay que seguir 3 pasos clave.

Paso 1: Recoger los datos

Cualquier planteamiento de gestión de la energía se basa sobre todo en una gestión rigurosa de los datos. Por tanto, el primer paso consiste en recopilarlos correctamente a través de varias fuentes, desde las más accesibles a las más complejas: los datos más accesibles y fáciles de consultar son las facturas de energía (electricidad, gas o agua) y los datos de consumo de los contadores puestos a disposición por los distribuidores de energía.

Para recoger datos más precisos, es necesario instalar dispositivos de medida parciales. Estos últimos proporcionan una visión más eficaz y precisa del funcionamiento de la instalación, con el fin de centrarse en los sistemas que presentan un mayor consumo de energía.

Para realizar un análisis eficaz y pertinente, no deben descuidarse los factores de influencia, también llamados factores de intensidad de uso, a la hora de recopilar datos de actividad. Consiste en tener en cuenta todos los datos que influyen en la actividad de la empresa, como: la meteorología, los horarios de apertura, los niveles de producción, la ocupación de las instalaciones, etc. Estos factores de influencia provocan fluctuaciones en el consumo de energía.

Por ejemplo, la temperatura exterior influye en el nivel de consumo eléctrico en verano, debido al aire acondicionado, y en el nivel de consumo de gas en invierno. El seguimiento del consumo en relación con los factores de influencia permite detectar rápidamente las desviaciones energéticas.

Las desviaciones observadas con frecuencia entre nuestros clientes pueden ser:

  • Ajustes incorrectos de las temperaturas de consigna, que provocan un exceso de consumo en climatización (aire acondicionado o calefacción en las oficinas),
  • Consumo excesivo de energía por un horno industrial que se deja encendido fuera de los periodos de actividad (fines de semana, noches),
  • Consumo de iluminación excesiva y poco eficiente,
  • Fugas de agua, mal aislamiento térmico, una puerta abierta de una cámara frigorífica,
  • Exceso de calidad o degradación de los procesos de fabricación,
  • Disminución de la vigilancia de las buenas prácticas por parte de los empleados,
  • Etc.

Una gestión eficiente y razonada de la energía y del consumo energético es un apoyo de crecimiento para las empresas que puede desplegar fácilmente a través de la Gestión Energética ¿No se dice que la mejor energía es la que no consumimos?

 

Paso 2: Procesar los datos

El segundo paso clave en la gestión de la energía es el tratamiento de los datos. El software de gestión de la energía, también conocido como EMS, permite procesar la información recopilada y ponerla a disposición de los usuarios.

De este modo, la empresa puede crear cuadros de mando para supervisar los KPI de sus activos, pero también alertas.

Además de procesar los datos, el SGE hace visibles las anomalías, permite analizar las causas y facilita la planificación de tareas y acciones de rendimiento energético.

 

Paso 3: Analizar los datos

Una vez recopilados, y verificados los datos, sólo queda explotarlos, analizarlos y valorizarlos. Esta es la función del Gestor Energético.

El profesional utiliza la herramienta para realizar análisis y asesorar al cliente sobre las acciones que debe emprender para alcanzar sus objetivos de reducción del consumo energético.

Ya durante la fase de análisis se generan los primeros ahorros y el cliente empieza a ver el rendimiento de la inversión en su proyecto de gestión energética.

Se establece así un ciclo de mejora continua dentro de la organización del cliente, con el fin de perpetuar las acciones de rendimiento energético puestas en marcha y encontrar constantemente elementos de optimización.

 

Las ventajas de la gestión energética

¿Por qué gestionar la energía?

Los enfoques de gestión de la energía tienen un coste de hardware, software y humano. Se Requiere de la instalación de un software de supervisión para medir los EPI (indicadores de rendimiento energético), así como la puesta a disposición de la empresa de un Gestor Energético.

Sin embargo, el interés de este planteamiento reside en el ahorro energético que permite. Dependiendo de lo que se ponga en marcha en la empresa, el ahorro energético variará de escala. Se pueden poner en marcha distintos tipos de proyectos de gestión energética:

  • El enfoque basado únicamente en software: recopilar datos, alertar y destacar el consumo de energía de forma automatizada a través de la herramienta. Los empleados, conscientes del impacto de su actividad en el consumo energético de la empresa, están más atentos a ello. Este conocimiento de los datos y la detección de las primeras desviaciones pueden suponer un ahorro energético de hasta el 3% anual.
  • El enfoque del «Gestor Energético Subcontratado»: además de proporcionar la herramienta, el Gestor Energético aporta su experiencia analizando el consumo energético de las distintas instalaciones de empresa. Además de un mayor control a la hora de detectar y tratar las desviaciones, esto aumenta la comprensión de los modos de funcionamiento de  las instalaciones al compararlas entre sí. Los mejores centros sirven de ejemplo, generando buenas prácticas, mientras que a los centros con mayor consumo energético se les da prioridad en su plan de acción de eficiencia energética. A continuación, la empresa puede abordar las causas profundas de las desviaciones, gracias a las recomendaciones formuladas por el Gestor Energético.

Esta experiencia adicional puede suponer hasta un 5% de ahorro energético adicional al año, sin contar el ahorro derivado de los proyectos de eficiencia energética del plan de acción.

  • El enfoque sistémico: Los clientes más avanzados en su enfoque de Gestión Energética aplican una gestión proactiva del consumo energético de la empresa. La medida más eficaz es disponer de un equipo de Gestores Energéticos de guardia que reaccione e intervenga a la menor alerta para controlar el consumo de energía en tiempo real.

Con la ayuda de un sistema de gestión de edificios (BMS), cuando se activa una alerta, el gestor energético puede llamar al cliente para informarle de la deriva, o incluso, en determinadas condiciones, tomar el control de su consumo de energía ajustando los parámetros de funcionamiento que pueden controlarse a distancia.

Además, la aplicación de mecanismos de flexibilidad o de ahorro de red (por ejemplo, mediante almacenamiento en frío o electricidad procedente de paneles fotovoltaicos) da acceso a ahorros significativos.

Por último, el control preciso del consumo de los emplazamientos mediante la aplicación de enfoques reconocidos (como la norma ISO 50001) maximiza el ahorro energético en todo el perímetro. Este enfoque integral permite ahorrar hasta un 15% más de energía y facilita el cumplimiento de la normativa local.

 

¿Cuáles son las ventajas de la gestión energética?

Los beneficios de la gestión energética, para las empresas que deciden iniciar este tipo de enfoque internamente, son múltiples.

  • Ahorro económico en la factura energética

Con el aumento de los costes energéticos, el impacto financiero del consumo de energía es cada vez más importante para las empresas.

Reducir los costes relacionados con la energía se está convirtiendo en una prioridad para las organizaciones. Es en este contexto donde los sistemas de gestión de la energía cobran todo su sentido. Permiten racionalizar el consumo de energía y limitarlo a lo estrictamente necesario.

Un ejemplo concreto es la gestión adecuada de la iluminación fuera de los periodos de actividad.

Estas buenas prácticas, combinadas con los sistemas de gestión de edificios, permiten optimizar al máximo el gasto energético y conseguir un ahorro sustancial en las facturas a final de mes. El SGE permite controlar directamente el consumo del edificio con reglas de gestión de las distintas partidas de gasto energético. La gestión energética permite adoptar medidas concretas que se traducen en ahorros económicos reales.

  • Ahorro económico del tiempo humano

La gestión de la energía ahorra mucho tiempo, al automatizar la recogida y el tratamiento de los datos de facturas y contadores. La herramienta de gestión energética recopila y escanea automáticamente las facturas de energía, recupera curvas de carga a través de API (interfaces de programación de aplicaciones), «prelimpia» la verificación y corrección de datos y los centraliza en un único lugar. Esta automatización de tareas libera el tiempo de la persona que antes se encargaba, dando más importancia a las tareas de valor añadido.

  • Reducción de la huella medioambiental y mejora de la imagen de la empresa

La gestión energética permite reducir el consumo global de energía de un centro o grupo de centros. Tener una visión global del consumo energético de la propia actividad también permite controlar la propia huella medioambiental y seguir una trayectoria energética precisa.

De este modo, la empresa reduce su huella energética al tiempo que refuerza sus compromisos en materia de RSC. Estos compromisos RSC pueden compartirse mediante informes, comunicaciones externas y cuadros de mando internos con una estimación del ahorro energético conseguido.

 

La gestión energética en la práctica

¿A quién afecta la gestión de la energía?

Hoy en día, la gestión energética se dirige principalmente a las autoridades locales, las PYME y grandes empresas, independientemente del sector de actividad:

  • Empresas del sector minorista,
  • Empresas industriales o logísticas

En cuanto el consumo de energía es lo suficientemente elevado, la gestión energética cobra sentido en la estrategia de la empresa.

 

¿Cómo configurar su propia gestión energética?

Para implantar su propia gestión energética en su empresa, puede recurrir a una empresa especializada como es Helexia. Nuestro equipo puede monitorizar sus instalaciones si esto fuera necesario y configurar la infraestructura del software de gestión energética

Un equipo de gestores energéticos utiliza la herramienta para visualizar, procesar y analizar los datos de los clientes con el fin de hacer las recomendaciones pertinentes.

El equipo realiza estimaciones e hipótesis que ponen en perspectiva los resultados de la empresa, teniendo en cuenta su tamaño y sector de actividad.

A continuación, los expertos empresariales se coordinan con el cliente y el equipo del Gestor Energético para aplicar los planes de acción de eficiencia energética. Están familiarizados con las mejores prácticas que deben aplicarse y pueden detectar incoherencias que pueden resolverse mediante medidas correctoras.

La gestión energética es la sinergia entre los conocimientos humanos, el dominio de los programas informáticos y la gestión eficaz de los datos, para conseguir un ahorro energético real en una empresa.

 

Conclusión sobre la gestión de la energía

Ahora que la gestión de la energía ya no tiene secretos para ti, echemos un vistazo a los conceptos que conviene recordar:

  • La gestión de la energía se basa en 2 áreas de especialización: datos y negocio.
  • El acceso a los datos y su fiabilidad son la clave de este planteamiento.
  • Cada vez aparecen en el mercado más medidores y herramientas económicos. El peligro es tener abundancia de datos de baja calidad.
  • El enfoque de la gestión energética no se limita a España. Puede implantarse en cualquier país, en cualquier edificio, nuevo o antiguo, siempre que haya un consumo de energía suficiente para que el planteamiento sea rentable.

 

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