Tu transición energética con Helexia

QUÉ ES LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA

La transición energética se puede definir por el abandono paulatino de los combustibles fósiles en favor de energías renovables como la solar, eólica, hidráulica, biomasa, etc. También es una transformación conductual y social hacia una conciencia energética, en la que todos los actores se involucran en un mejor uso de la energía, con el fin de consumir mejor y menos.

El principal objetivo de la transición energética es luchar contra el calentamiento global y la escasez de combustibles fósiles contaminantes. Esto es parte de un enfoque ecológico global destinado a responder a la actual emergencia climática.

La transición es necesaria para todos: empresas, organizaciones terciarias, gobiernos, particulares, etc.

Escríbenos y nos pondremos en contacto contigo lo antes posible

UN CAMINO HACIA EL

AUTOCONSUMO DE TU ENERGÍA

CONOCE

  • Gracias a nuestro equipo de experto supervisando la energía de tu negocio y proponiendo mejoras de  eficiencia energética.
  • Instalación de software y hardware.
  • Control y supervisión de datos.
  • Equipo de expertos para la implementación de mejoras. 

BENEFICIOS

  • Configuración de alarmas para detectar y corregir anomalías. 
  • Análisis de datos con enfoque en mejora continua.
  • Procesamiento y análisis de facturas energéticas.
  • Equipo dedicado de expertos, análisis de predicción y cuadros de mandos personalizables. 
  • Informes automatizados. 

AHORRA

Identificamos, diseñamos e implementamos medidas de ahorro energético.

  • Auditoría y acompañamiento para obtener y renovar la certificación ISO 50001.
  • Contrato de rendimiento energético con ahorros garantizados.
  • Monitorización y supervisión de datos.

BENEFICIOS

  • Visión general y desglosada del consumo energético en tus instalaciones.
  • Ahorros garantizados.
  • Medición de ahorro según protocolo IPMVP.
  • Informar logros de eficiencia.

GENERA

Genera tu propia energía en tus instalaciones mediante el autoconsumo fotovoltaico. 

  • Diseño, tramitación, construcción y puesta en marcha de tu planta FV. 
  • Inversión de Helexia mediante el contrato de venta de energía (PPA). 
  • Transmisión de la planta FV a coste 0 al finalizar el contrato. 

BENEFICIOS

  • Ahorros garantizados sin inversión por tu parte.
  • Producción local de energía verde.
  • Mejora de tu huella ecológica.
  • Revaloración inmobiliaria.
  • Reducción de tu factura energética
  • Mayor independencia de la red.
  • Operación y monitorización de la central fotovoltaica

RETOS DE LA TRASICIÓN ENERGÉTICA

DESAFÍOS ECONÓMICOS

  • A nivel de empresas y autoridades locales, la reducción del consumo de energía corresponde a una reducción en la factura energética, promoviendo así la rentabilidad.
  • Reducir el consumo total de energía o la generación de residuos significa reducir los gastos relaciones. Es decir, una reducción del gasto para comunidades o empresas, fomenta la rentabilidad de los activos.

CUESTIONES ECOLÓGICAS

La cuestión medioambiental es, obviamente, la primera cuestión de la transición energética. El objetivo aquí es reducir el impacto de la energía, su producción y uso en el ambiente. Uno de los ejes principales de este reto medioambiental es limitar el calentamiento global reduciendo drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con nuestro sistema energético.

DESAFÍOS SOCIALES

Limitar la contaminación atmosférica, responsable de muchas enfermedades respiratorias, es una de las cuestiones prioritarias de la transición energética. El problema se convierte en salud cuando ocurren desastres naturales causados por el calentamiento global y afectan a las poblaciones (sequías, tormentas, terremotos, etc).

LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA

UNA PALANCA PARA LA COMPETITIVIDAD

Si a primera vista la transición energética parece ser una verdadera limitación para las organizaciones y empresas, cuando miramos más de cerca, esta transformación demuestra ser una verdadera palanca para la empresa.

De hecho, al reducir el consumo de energía, pero también al cambiar los patrones de consumo, la empresa no solo puede lograr ahorros de energía y, por lo tanto, limitar su huella de carbono, sino que también puede, como resultado, reducir sus gastos relacionados mientras trabaja en su imagen de Responsabilidad Social Corporativa (RSC).

La empresa logrará así ahorros financieros reales rápidamente perceptibles en su cuenta de resultados y también mejorará su competitividad en los mercados.

Por lo tanto, el compromiso de la organización con la transición energética está demostrando ser un problema realmente positivo más que una restricción.

El planeta necesita aire

Como todos sabemos, el calentamiento global se está acelerando y es hora de actuar.

El consumo de energía ligado a la actividad humana genera gases de efecto invernadero, los combustibles fósiles son cada vez más escasos, la calidad del aire se deteriora… ¡La transición energética es esencial para todos!

Debemos actuar por nosotros mismos, pero también por las generaciones futuras. En esta línea y junto con los Acuerdos de París marcamos un verdadero punto de inflexión en esta área, con la formalización de compromisos claros.

LA TRANSICIÓN ENERGÉTICA

UN EJE ESTRATÉGICO

Sobre todo, se trata de posicionar la transición energética en el centro de la estrategia de la compañía. Abordar los aspectos energéticos de la vida económica y social debe tenerse directamente en cuenta en las decisiones estratégicas a corto, mediano y largo plazo.

Como todo eje estratégico de toma de decisiones, esta transformación debe ser objeto de planificación y reflexión teniendo en cuenta el entorno de la empresa (su mercado, sus clientes, sus empleados, sus activos, su evolución, etc). También debe formar parte de un enfoque global. Así, encontraremos aspectos energéticos en los ámbitos relacionados con la producción o el mantenimiento, en el posicionamiento de ofertas, en los planes de inversión plurianuales o en la gestión de activos.

LOS COMPORTAMIENTOS ESTÁN CAMBIANDO

Observamos una conciencia global real en los últimos años, esto ahora se refleja en cambios en los comportamientos y en las percepciones.

De hecho, los consumidores están cada vez más atentos al origen de los productos y materiales, los medios de producción utilizados y los métodos de distribución de los productos que compran.

Esto es también cierto en las actividades de servicios donde los usuarios están mirando el consumo de energía, los viajes, los residuos… vinculados, sin descuidar la calidad de los servicios prestados ni el nivel de confort.

Lo mismo ocurre con los empleados que echan un vistazo al compromiso de su empresa. Los jóvenes graduados favorecen las empresas socialmente comprometidas que llevan valores que les corresponden

Adaptación a la transición energética

La transición energética requiere adaptaciones reales por parte de las empresas y organizaciones. La evolución de los mercados, los patrones de consumo, los cambios en las percepciones empujan a las industrias, empresas de servicios y otras actividades terciarias a ponerse en marcha.

Sin embargo, esta transformación real no es tan simple. Es necesario consumir menos y mejor sin degradar la calidad de los productos y servicios entregados, teniendo en cuenta las capacidades de inversión de los recursos humanos, las habilidades disponibles y los activos existentes.

Influencia de las partes interesadas

Ya sea interna o externamente, las partes interesadas ahora ejercen una gran influencia en todos los niveles.

Las empresas subcontratadas están sujetas a presiones energéticas de sus clientes como en las industrias agroalimentaria, automotriz o aeronáutica. No es raro que la empresa que produce el producto terminado imponga reducciones en el consumo de energía o emisiones de gases de efecto invernadero.

Los mercados financieros también están preocupados por la participación en la transición energética. Se valora a las empresas con impacto positivo, y por el contrario, se limitan otras empresas más contaminantes. Los bancos no son una excepción, también favorecen cada vez más a las empresas comprometidas, especialmente en términos de crédito.

Por último, la Unión Europea y los países de Europa ejercen presión política.